viernes, junio 04, 2010

Cuento: Desde la azotea

Un dia una mujer normal (como cualquiera, como todas) se cansó de que las cosas no le salieran bien.

Trabajaba, estudiaba, era madre, pero aunque todo lo tenia por bendición, ella solo miraba lo malo: que el taxi que queria tomar se lo quitaba otra persona, que las notas de sus hijos no eran las mejores, que sus hijos la irritaban, que una compañera de trabajo le tenia envidia,que todos querian hacerle daño y pasarle por encima, que su esposo era un interesado y solo la buscaba cuando tenia deseos de intimidad, y en general hacian las cosas malas solo para provocarla y poner su genio a prueba, pero ella les demostraba siempre que no se dejaba ganar por sus actitudes y les contestaba con otra peor.

Era cierto, su vida era una completa desesperanza, y aunque algo le saliera bien siempre encontraba un detalle que no se acomodaba a sus deseos, y volvia y se amargaba. no era feliz y no dejaba ser felices a nadie que estuviera a su al rededor.

Un día, ella dijo: "La culpa la tienen los demás" y decidio dejarlo todo. Planeo, por dias y días, luego meses y meses, como hacer todo para no sentir culpa, cómo dejaría a ese esposo infiel que cada vez que quería mejorar la situación tensa ella lo rechazaba, como dejaría a esos hijos que no la valoraban pero que solo necesitaban una muesta constante de amor para cambiar, como dejaría tirado todo ese trabajo que su jefe le recargaba solo para verla sufrir, como olvidaría a esa madre que no lo comprendía.

Cuando por fin se llego el día de su partida, dio el desayuno a sus hijos (hecho a las carreras por cierto), no despidio al esposo infiel - como siempre - y tomando todo el dinero ahorrado se fue, nunca nadie volvio a saber de ella, ni siquiera ella misma.

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Desde la azotea de un edificio

D1: ¿Cómo lo lograste?
D2: Fue fácil, tenía sembrado el inconformismo humano en su corazón, pero sólo fue hacer unas cuantas pruebas para identificar si ese inconformismo era positivo o negativo.

D1: ¿Pero lo tenía todo, cómo lograste engañarla?
D2: Dia a día le daba a beber unas gotas de amargura, el de blanco se opinía, pero el no lograba evitar que ella se hiciera adicta a ellas, cada vez bebía más y fui moldeando y endureciendo ese corazón a mi antojo.

D1: ¿y que fue de ella, al fin?
D2:: ni se dio cuenta cuando murió, ella vivía un infierno en vida y la muerte sólo fue un cambio de estado, de tener materia a dejar de tenerla.

D1: ¿increible que El otro no hiiciera nada?
D2: Lo hizo, te aseguro, lo hizo, envió gente, envió amigos, envió años después a sus hijos a rescatarla y ella se obstinaba en ver las cosas del color que yo se las queria mostrar, del color que ella las queria ver. Hubiera bastado que alguien orara por ella, pero ahi fuiste clave tu, les hiciste creer que la oración no tenía poder y yo le hice creer que El otro nada podia hacer.

D1: Míra aquel acaba de maldecir con todo su corazón por que un carro se le fue la llanta a un hueco con agua y se le mojo su ropa, es un excelente cadidato para tí, ve y haz tu trabajo
D2: Ok excelente, comenzaré de nuevo, es divertido jugar con ellos, vamos a ver cuantas vidas arruino en este caso, si necesito ayuda para alejarlos de Aquel te busco.
D1: ya sabes donde encontrarme
D2: hasta la próxima

2 comentarios:

Armando dijo...

La reflexión que haces sobre la manipulación al ser hemano, plasma con una triste realidad que cuando nos dejamos embaucar y tentar, nos olvidamos del antídoto para todos estos males que ahora más que nunca están flagelando a los seres humanos: LA ORACIÓN
Un saludo cordial.

Liz dijo...

LO QUE CUENTAS ES UN CASO MUY REAL Y HAY MUCHOS ,PORQUE NO QUEREMOS VER EL LADO POSITIVO DE LAS COSAS Y NOS DEJAMOS ENGAÑAR SIN ESCUCHAR A DIOS.UN ABRAZO.LIZ