sábado, mayo 27, 2006

AGUANTA UN POCO MAS

Se cuenta que en Inglaterra había una pareja que gustaba de visitar las
pequeñas tiendas del centro de Londres. Al entrar en una de ellas se
quedaron prendados de una hermosa tacita. "¿Me permite ver esa taza?"
preguntó la señora, "¡nunca he visto nada tan fino!"

En las manos de la señora, la taza comenzó a contar su historia: "Usted debe
saber que yo no siempre he sido la taza que usted está sosteniendo. Hace
mucho tiempo yo era solo un poco de barro. Pero un artesano me tomó entre
sus manos y me fue dando forma. Llegó el momento en que me desesperé y le
grité: "¡Por favor..ya déjeme en paz...!" Pero mi amo sólo me sonrió y me
dijo: ..."Aguanta un poco más, todavía no es tiempo"

Después me puso en un horno. ¡Nunca había sentido tanto calor!.... toqué a
la puerta del horno y a través de la ventanilla pude leer los labios de mi
amo que me decían: ..."Aguanta un poco más, todavía no es tiempo."

Cuando al fin abrió la puerta, mi artesano me puso en un estante. Pero,
apenas me había refrescado, me comenzó a raspar, a lijar. No se cómo no
acabó conmigo. Me daba vueltas, me miraba de arriba a abajo. Por último me
aplicó meticulosamente varias pinturas...Sentía que me ahogaba... "Por favor
déjame en paz", le gritaba a mi artesano; pero él sólo me decía:..."Aguanta
un poco más, todavía no es tiempo."

Al fin, cuando pensé que había terminado aquello, me metió en otro horno,
mucho más caliente que el primero. Ahora si pensé que terminaba con mi vida.
Le rogué y le imploré a mi artesano que me respetara, que me sacara, que si
se había vuelto loco. Grité, lloré; pero mi artesano sólo me decía: "Aguanta
un poco más, todavía no es tiempo."

Me pregunté entonces si había esperanza... si lograría sobrevivir aquellos
tratos y abandonos. Pero por alguna razón aguanté todo aquello. Fue entonces
que se abrió la puerta y mi artesano me tomó cariñosamente y me llevó a un
lugar muy diferente. Era precioso. Allí todas las tazas eran maravillosas,
verdaderas obras de arte, resplandecían como solo ocurre en los sueños. No
pasó mucho tiempo cuando descubrí que estaba en una fina tienda y ante mi
había un espejo. Una de esas maravillas era yo. ¡No podía creerlo! ¡Esa no
podía ser yo!
Mi artesano entonces me dijo: "Yo se que sufriste al ser moldeada por mis
manos, mira tu hermosa figura. Se que pasaste terribles calores, pero ahora
observa tu sólida consistencia, se que sufriste con las raspadas y pulidas,
pero mira ahora la finura de tu presencia... y la pintura te provocaba
nausea, pero contempla ahora tu hermosura.. y, ¿si te hubiera dejado como
estabas?

¡"Ahora eres una obra terminada! ¡lo que imaginé cuando te comencé a
formar!".

Querido hermano que lees. Usted es una tacita en las manos del mejor
alfarero: Dios. Confíate en Sus amorosas manos aunque muchas veces no
comprendas por qué permite tu sufrimiento. AGUANTA UN POCO MÁS Y SERÁS EL
HIJO/A QUE EL SOÑÓ PARA TODA LA ETERNIDAD...

Eclesiástico 33:13
Como la arcilla del alfarero está en su mano, - y todos sus caminos en su
voluntad -, así los hombres en la mano de su Hacedor


jueves, abril 27, 2006

EL DÍA EN QUE JESÚS GUARDÓ SILENCIO

Aún no llego a comprender cómo ocurrió, si fue real o un sueño. Solo recuerdo que ya era tarde y estaba en mi sofá preferido con un buen libro en la mano. El cansancio me fue venciendo y empecé a cabecear...
 
En algún lugar entre la semi-inconsciencia y los sueños, me encontré en aquel inmenso salón, no tenía nada en especial salvo una pared llena de tarjeteros, como los que tienen las grandes bibliotecas. Los ficheros iban del suelo al techo y parecía interminable en ambas direcciones. Tenían diferentes rótulos. Al acercarme, me llamó la atención un cajón titulado: "Muchachas que me han gustado". Lo abrí descuidadamente y empece a pasar las fichas.
 
Tuve que detenerme por la impresión, había reconocido el nombre de cada una de ellas: ¡se trataba de las muchachas que a MÍ me habían gustado!
 
Sin que nadie me lo dijera, empecé a sospechar de donde me encontraba. Este inmenso salón, con sus interminables ficheros, era un crudo catálogo de toda mi existencia. Estaban escritas las acciones de cada momento de mi vida, pequeños y grandes detalles, momentos que mi memoria había ya olvidado.
 
Un sentimiento de expectación y curiosidad, acompañado de intriga, empezó a recorrerme mientras abría los ficheros al azar para explorar su contenido. Algunos me trajeron alegría y momentos dulces; otros, por el contrario, un sentimiento de vergüenza y culpa tan intensos
que tuve que volverme para ver si alguien me observaba.
 
El archivo "Amigos" estaba al lado de "Amigos que traicioné" y "Amigos que abandoné cuando más me necesitaban". Los títulos iban de lo mundano a lo ridículo. "Libros que he leído", "Mentiras que he dicho", "Consuelo que he dado", "Chistes que conté", otros títulos eran: "Asuntos por los que he peleado con mis hermanos", "Cosas hechas cuando estaba molesto", "Murmuraciones cuando mamá me reprendía de niño", "Videos que he visto"...
 
No dejaba de sorprenderme de los títulos. En algunos ficheros habían muchas mas tarjetas de las que esperaba y otras veces menos de lo que yo pensaba. Estaba atónito del volumen de información de mi vida que había acumulado. ¿Sería posible que hubiera tenido el tiempo de escribir cada una de esas millones de tarjetas? Pero cada tarjeta confirmaba la verdad. Cada una escrita
con mi letra, cada una llevaba mi firma. Cuando vi el archivo "Canciones que he escuchado" quedé atónito al descubrir que tenía más de tres cuadras de profundidad y, ni aun así, vi su fin. Me sentí avergonzado, no por la calidad de la música, sino por la gran cantidad de tiempo que demostraba haber perdido.
 
Cuando llegué al archivo: "Pensamientos lujuriosos" un escalofrío recorrió mi cuerpo. Solo abrí el cajón unos centímetros.. Me avergonzaría conocer su tamaño. Saqué una ficha al azar y me conmoví por su contenido. Me sentí asqueado al constatar que "ese" momento, escondido en la oscuridad, había quedado registrado...
 
No necesitaba ver más... Un instinto animal afloró en mí. Un pensamiento dominaba mi mente: Nadie debe de ver estas tarjetas jamás. Nadie debe entrar jamás a este salón.. .¡Tengo que destruirlo!. En un frenesí insano arranqué un cajón,
tenía que vaciar y quemar su contenido. Pero descubrí que no podía siquiera desglosar una sola del cajón. Me desesperé y trate de tirar con mas fuerza, sólo para descubrir que eran mas duras que el acero cuando intentaba arrancarlas. Vencido y completamente indefenso, devolví el cajón a su lugar. Apoyando mi cabeza al interminable archivo, testigo invisible de mis miserias, y empecé a llorar.
 
En eso, el título de un cajón pareció aliviar en algo mi situación: "Personas a las que les he compartido el Evangelio". La manija brillaba, al abrirlo encontré menos de 10 tarjetas. Las lagrimas volvieron a brotar de mis ojos. Lloraba tan profundo que no podía respirar. Caí de rodillas al suelo llorando amargamente de vergüenza. Un nuevo pensamiento cruzaba mi mente: nadie deberá entrar a este salón, necesito encontrar la llave y cerrarlo para siempre.
 
Y mientras me limpiaba las lagrimas, lo vi. ¡Oh no!, ¡por favor no!, no!, ¡cualquiera menos Jesús!. Impotente vi como Jesús abría los cajones y leía cada una de mis fichas. No soportaría ver su reacción. En ese momento no deseaba encontrarme con su mirada. Intuitivamente Jesús se acercó a los peores archivos. ¿Por qué tiene que leerlos todos?
 
Con tristeza en sus ojos, buscó mi mirada y yo bajé la cabeza de vergüenza, me llevé las manos al rostro y empecé a llorar de nuevo. El, se acerco, puso sus manos en mis hombros. Pudo haber dicho muchas cosas. Pero el no dijo una sola palabra. Allí estaba junto a mí, en silencio. Era el día en que Jesús guardó silencio... y lloró conmigo.
 
Volvió a los archivadores y, desde un lado del salón, empezó a abrirlos, uno por uno, y en cada tarjeta firmaba su nombre sobre el mío. ¡No!, le grité corriendo hacia El. Lo único que atiné a decir fue solo ¡no!, ¡no!, ¡no! cuando le arrebaté la ficha de su mano. Su nombre no tenía por que estar en esas fichas. No eran sus culpas, ¡eran las mías! Pero allí estaban, escritas en un rojo vivo. Su nombre cubrió el mío, escrito con su propia sangre. Tomó la ficha de mi mano, me miró con una sonrisa triste y siguió firmando las tarjetas. No entiendo como lo hizo tan rápido. Al siguiente instante lo vi cerrar el último archivo y venir a mi lado. Me miró con ternura a los ojos y me dijo: Consumado es, está terminado, yo he cargado con tu vergüenza y culpa.
 
En eso salimos juntos del Salón... Salón que aún permanece abierto.... Porque todavía faltan más tarjetas que escribir... Aún no se si fue un sueño, una visión, o una realidad... Pero, de lo que si estoy convencido, es que la próxima vez que Jesús vuelva a ese salón, encontrará más fichas de que alegrarse, menos tiempo perdido y menos fichas vanas y vergonzosas.

viernes, marzo 31, 2006

LA HISTORIA DEL BURRO

Un día, el burro de un campesino se cayó en un pozo. El animal lloró fuertemente por horas, mientras el campesino trataba de buscar algo que hacer.

Finalmente, el campesino decidió que el burro ya estaba viejo y el pozo ya estaba seco y necesitaba ser tapado de todas formas; que realmente no valía la pena sacar al burro del pozo.

Invitó a todos sus vecinos para que vinieran a ayudarle. Cada uno agarró una pala y empezaron a tirarle tierra al pozo.

El burro se dio cuenta de lo que estaba pasando y lloró horriblemente. Luego, para sorpresa de todos, se aquietó después de unas cuantas paladas de tierra.

El campesino finalmente miró al fondo del pozo y se sorprendió de lo que vio... con cada palada de tierra, el burro estaba haciendo algo increíble: Se sacudía la tierra y daba un paso encima de la tierra.

Muy pronto todo el mundo vio sorprendido cómo el burro llegó hasta la boca del pozo, pasó por encima del borde y salió trotando...

La vida va a tirarte tierra, todo tipo de tierra... el truco para salir del pozo es sacudírsela y usarla para dar un paso hacia arriba. Cada uno de nuestros problemas es un escalón hacia arriba. Podemos salir de los más profundos huecos si no nos damos por vencidos...

¡¡¡Usa la tierra que te echan para salir adelante!!!

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sábado, marzo 18, 2006

TODOS SON IGUALES

Un día, mientras caminaba por la calle, un dirigente de un importante partido político es trágicamente atropellado por un camión y muere.

Su alma llega al paraíso y se encuentra, en la entrada, a San Pedro en persona.

- "Bienvenido al paraíso",  le dice San Pedro:

- "Antes de que te acomodes, parece que hay un problema. Verás, muy raramente un alto político ha llegado aquí y no estamos seguros de qué hacer contigo. Lo que haremos será hacerte pasar un día en el infierno y otro en el paraíso, y luego podrás elegir dónde pasar la eternidad".

Y con esto, San Pedro acompaña al político al ascensor y baja, baja hasta el infierno.

Las puertas se abren y se encuentra justo en medio de un verde campo de golf.                               

A lo lejos hay un club y, de pie, delante de él, están todos sus amigos políticos que habían trabajado con él, todos vestidos con traje de noche y muy contentos. Corren a saludarlo, lo abrazan y recuerdan los buenos tiempos en los que se enriquecían a costa del pueblo. Juegan un agradable partido de golf y luego, por la noche, cenan juntos en el Restaurante Gourmet del club, con langosta como plato  principal.

Comparten la noche con hermosísimas y liberales jovencitas.

Se encuentra también al Diablo, que de hecho es un tipo muy simpático y se divierte mucho contando chistes y bailando.

Se está divirtiendo tanto que,  antes de que se de cuenta, es ya hora de irse. Todos le dan un apretón de manos y lo despiden mientras sube al ascensor.

El  ascensor sube, sube, sube, y se reabre la puerta del paraíso donde San Pedro lo está esperando. "Ahora es el momento de pasar al paraíso".

Así que el político (inescrupuloso, ciertamente), pasa las 24 horas sucesivas saltando de nube en nube, tocando el arpa y cantando. Antes de que se de cuenta, las 24 horas ya han pasado y San Pedro va a buscarlo.

- "Ya has pasado un día en el infierno y otro en el paraíso, ahora debes elegir tu eternidad".

El hombre reflexiona un momento y luego responde: "Bueno, el paraíso ha sido precioso, pero creo que he estado mejor en el infierno".

Así que San Pedro lo acompaña hasta el ascensor y otra vez baja, baja, baja, hasta el infierno. Cuando las puertas del ascensor se abren, se encuentra en medio de una tierra desierta cubierta de mierda y desperdicios. Ve a todos sus amigos vestidos con trapos, recogiendo los desperdicios y metiéndolos en bolsas negras.

El Diablo lo alcanza y le pone un brazo en el cuello.

"No entiendo -balbucea el político-. Ayer estuve aquí y había lindas mujeres, un campo de golf y un club, comimos langosta y caviar, bailamos y nos divertimos mucho. Ahora todo lo que hay es un terreno desértico lleno de porquerías..., y mis amigos parecen unos miserables".

El Diablo lo mira, sonríe y dice:

- "Ayer estábamos en campaña. ¡¡¡ Hoy..., ya votaste por nosotros...!!!".


lunes, marzo 13, 2006

El virus

Es la tarde de un  viernes típico y estás
manejando hacia tu casa.
Sintonizas la radio. El noticiero cuenta
una historia de poca importancia:
En un pueblo lejano han muerto 3 personas de alguna gripe que nunca antes se había visto.
No le pones mucha atención a ese acontecimiento...
El lunes cuando despiertas, escuchas que ya no son 3, sino 30,000 personas las que han muerto en las colinas remotas de la India.

Gente del control de enfermedades de los Estados Unidos, ha ido a investigar.

El martes ya es la noticia más importante de la primera plan del periódico, porque ya no sólo es la India, sino Pakistán, Irán y Afganistán y pronto la noticia sale en todos los noticieros. Le están llamando
"La Influencia Misteriosa" y todos se preguntan: ¿Cómo vamos  a controlarla?

Entonces una noticia sorprende a todos:
Europa cierra sus fronteras, no habrá vuelos a Francia desde la India, ni de ningún otro país donde se haya visto la enfermedad. Por lo del cierre de fronteras estás viendo el noticiero cuando escuchas la traducción de una mujer, en Francia, que dice que hay un hombre en el hospital muriendo de la "Influencia Misteriosa".

Hay pánico en Europa.

La información dice, que cuando tienes el virus, es por una semana y ni cuenta te das. Luego tienes 4 días de síntomas horribles y entonces mueres.

Inglaterra cierra también sus fronteras, pero es tarde, pasa un día más y el presidente de los Estados Unidos, George Bush, cierra las fronteras a Europa y Asia, para evitar el contagio en el país, hasta que encuentren la cura...

Al día siguiente la gente se reune en las iglesias para orar por una cura y entra alguien diciendo: Prendan la radio y se oye la noticia:
2 mujeres han muerto en New York. En horas, parece que la enfermedad invade a todo el mundo.

Los científicos siguen trabajando para encontrar el antídoto, pero nada funciona. Y de repente, viene la noticia esperada: Se ha descifrado el código de ADN del virus. Se puede hacer el antídoto.

Va a requerirse la sangre de alguien que no haya sido infectado y de hecho en todo el país se corre la voz que todos vayan al hospital más cercano para que se les practique un examen de sangre.

Vas de voluntario con tu familia, junto a unos vecinos, preguntándote qué pasará? ¿Será este el fin del mundo?...

De repente el doctor sale gritando un nombre que ha leído en el registro. El más pequeño de tus hijos está a tu lado, te agarra la chaqueta y dice: "Papi ese es mi nombre!". Antes de que puedas reaccionar se están llevando a tu hijo y gritas: Esperen!... Y ellos contestan: todo está bien, su sangre está limpia, su  sangre es pura.
Creemos que tiene el tipo de sangre correcta.

Despúes de 5 largos minutos los médicos salen llorando y riendo. Es la primera vez que haz visto a alguien reir en una semana. El doctor de mayor edad se te acerca y dice: "Gracias, señor!, la sangre de su hijo es perfecta, está limpia y pura, puede hacerse el antídoto contra esta enfermedad..."

La noticia corre por todas partes, la gente está orando y llorando de felicidad.

En eso el doctor se acerca a ti y a tu esposa y dice: "¿Podemos hablar un momento? Es que no sabíamos que el donante sería un niño y necesitamos que firmen este formato para darnos el permiso de usar su sangre". Cuando estás leyendo el documento te das cuenta de que no ponen la cantidad que necesitarán y preguntas: "¿Cuánta sangre?..."

La sonrisa del doctor desaparece y contesta: "No pensábamos que sería un niño. No estábamos preparados. La necesitamos toda!..."

No lo puedes creer y tratas de contestar:
"Pero, pero...". El doctor te sigue insistiendo, "usted no entiende, estamos hablando de la cura para todo el mundo. Por favor firme, la necesitamos...toda. Tu preguntas: ¿pero no pueden darle una transfusión? Y viene la respuesta: si tuviéramos sangre limpia podríamos...

¿Firmará?.¿Por favor?...Firme!!....

En silencio y sin poder sentir los mismos dedos que sostienen el bolígrafo en la mano, firmas. Te preguntan" ¿Quiere ver a su hijo?

Caminas hacia esa sala de emergencia donde está tu hijo sentado en la cama diciendo: "Papi!, Mami!, ¿qué pasa? Tomas su mano y le dices: Hijo, tu mami y yo, te amamos y nunca dejaríamos que te pasara algo que no fuera necesario, ¿comprendes eso?" Y cuando el doctor regresa y te dice: Lo siento necesitamos comenzar, gente en todo el mundo está muriendo...

¿Te puedes ir? ¿Puedes darle la espalda a tu hijo y dejarlo alli?... Mientras el te dice ¿Papi?,¿Mami? por qué me abandonan...

A la siguiente semana, cuando hacen una ceremonia para honrar a tu hijo, algunas personas se quedan dormidas en casa, otras no vienen porque prefieren ir de paseo o ver un partido de fútbol y otras vienen a la ceremonia, con una sonrisa falsa fingiendo que les importa.

Quisieras pararte y gritar: "Mi hijo murió por ustedes!!! ¿Acaso no les importa?..."

Tal vez eso es lo que Dios nos quiere decir: "Mi hijo murió por ustedes, ¿todavía no saben cuánto los amo? 

miércoles, marzo 08, 2006

Jesús, Piénsalo tú

Una oración del Siervo de Dios Don Dolindo Ruotolo

 Jesús a las almas:

¿Por qué os confundís agitándoos? Dejad a mí la cura de vuestras cosas y todo se calmará. En verdad os digo que cada acto de verdadero, ciego, completo abandono en mí, produce el efecto que deseáis y resuelve las situaciones espinosas.

Abandonarse a mí no significa atormentarse, trastornarse y desesperarse, volviendo luego a una oración agitada para que yo os ayude, y cambiar así la agitación en oración. Abandonarse significa cerrar plácidamente los ojos del alma, transferir el pensamiento de la tribulación, y confiarse a mí para que sólo yo opere, diciendo: piénsalo tú. Es contra el abandono, esencialmente contra la preocupación, la agitación y el querer pensar en las consecuencias de un hecho.

Es como la confusión que traen los niños que pretenden que la mamá piense en sus necesidades, y quieren pensarlas ellos, obstaculizando con sus ideas y sus fijaciones infantiles, su trabajo. Cerrad los ojos y dejaos llevar por la corriente de mi gracia, cerrad los ojos y no pensad en el momento presente, transfiriendo el pensamiento del futuro como de una tentación, reposad en mi creyendo en mi bondad, y os juro por mi amor que, diciéndome con estas disposiciones: piénsalo tú, yo lo pienso de lleno, os consuelo, os libero, os conduzco.

Y cuando debo llevaros por una vía diferente de aquella que veis vosotros, yo os adiestro, os llevo en mis brazos haciéndoos hallar, como niños adormecidos en los brazos maternos, la otra orilla. Lo que os trastorna y os hace daño inmenso es vuestro razonamiento, vuestro pensamiento, vuestro tormento, y el querer a toda costa procuraros aquello que os aflige.

Cuantas cosas yo realizo cuando el alma, tanto en sus necesidades espirituales como en aquellas materiales, se vuelve a mí, me mira y diciéndome: piénsalo tú, cierra los ojos y reposa. Obtenéis pocas gracias cuando os atormentáis  por producirlas, tenéis muchísimas cuando la oración es abandono pleno a mí. Vosotros en el dolor oráis para que yo realice, pero para que yo realice como vosotros creéis...

No os dirigís a mí, sino queréis que yo me adapte a vuestras ideas; no sois enfermos que piden al médico la atención, sino que se la sugieren. No hagáis así, sino orad como os he enseñado en el Padre: Santificado sea tu nombre, esto es, sed glorificado en esta necesidad mía; venga a nosotros tu reino, esto es, todo concurra a tu reino, en nosotros y en el mundo; hágase tu voluntad así en la tierra, como en el cielo, esto es, dispón tú en esta necesidad como mejor te parezca para nuestra vida eterna y temporal.

Si me decís de veras: hágase tu voluntad, que es lo mismo que decir: piénsalo tú, yo intervengo con toda mi omnipotencia y resuelvo las situaciones más cerradas. He aquí, ¿Tú ves que la enfermedad apremia en vez de decaer?, no te agites, cierra los ojos y dime con confianza: Hágase tu voluntad, piénsalo tú.

Te digo que yo lo pienso y que intervengo como médico, y llevo a cabo un milagro cuando ocurre. ¿Tú ves que el enfermo empeora?. No te trastornes, sino cierra los ojos y di: piénsalo tú. Te digo que yo lo pienso, y que no hay medicina más potente que una intervención mía de amor. Lo pienso sólo cuando cierras los ojos.

Vosotros sois insomnes, vosotros queréis evaluar todo, escudriñar todo, pensar en todo, y os abandonáis así a las fuerzas humanas, o peor, a los hombres, confiando en su intervención. Es ésto lo que obstaculiza, impide mis palabras y mis miradas. Oh, como yo deseo de vosotros este abandono para beneficiaros, y ¡cómo me entristezco al veros agitados!. Satanás tiende precisamente a ésto: a agitaros para apartaros de mi acción y arrojaros como una presa de las iniciativas humanas.

 Confiad por eso sólo en mí, reposad en mí, abandonaos a mí en todo. Yo hago milagros en proporción del pleno abandono en mí, y del ningún pensamiento vuestro; ¡ yo derramo tesoros de gracia cuando vosotros estáis en la plena pobreza!

Si tenéis vuestros recursos, aunque pocos, o si los buscáis, estáis en el campo natural y seguís por lo tanto el recorrido natural de las cosas, que es a menudo frecuentemente obstaculizado por Satanás.

Ningún razonador o ponderador ha hecho milagros, ni siquiera entre los Santos; opera divinamente quien se abandona a Dios.

Cuando veas que las cosas se complican, di con los ojos del alma cerrados: Jesús, piénsalo tú. Y distráete, porque tu mente es aguda... y para ti es difícil ver el mal y tener confianza en mí distrayéndote de ti. Haz así para todas tus necesidades, haced así todos, y veréis grandes, continuos y silenciosos milagros. Os lo juro por mi amor. Y yo lo pensaré, os lo aseguro.

Orad siempre con esta disposición de abandono y tendréis gran paz y gran fruto, incluso cuando yo os concedo la gracia de la inmolación de reparación y de amor, que importa el sufrimiento. ¿Te parece imposible?. Cierra los ojos y di con toda el alma: Jesús, piénsalo tú. No temas, lo pensaré y bendecirás mi nombre humillándote.

Mil oraciones no valen un solo acto de abandono: recuérdalo bien. No hay novena más eficaz que esta:

                  ¡Oh Jesús me abandono en Ti, Piénsalo tú!

jueves, febrero 23, 2006

EL LADRILLO

Un joven y exitoso ejecutivo paseaba a toda velocidad en su auto Jaguar 2005, sin ningún tipo de precaución. De repente, sintió un estruendoso golpe en la puerta y se detuvo. Al bajarse, vio que un ladrillo le  había estropeado la pintura, y carrocería de la puerta de su lujoso auto.
Se subió nuevamente, pero esta vez lleno de enojo. Dio un brusco giro de 180  grados, y regresó a toda velocidad al lugar donde vio salir el ladrillo que acababa de arruinar lo hermoso que lucía su exótico auto.
Salió del auto de un brinco, y agarró por los brazos a un chiquillo, y empujándolo hacia el auto estacionado, le gritó a toda voz:
-"¿Qué rayos fue eso? ¿Quién eres tú? ¿Qué crees que haces  con mi  auto?". Y enfurecido, casi botando humo, continuó gritándole al chiquillo: -"¡Es un auto nuevo, y ese ladrillo que lanzaste va a costarte muy caro!, Por qué hiciste eso?"
"Por favor, señor, por favor... ¡Lo siento mucho! No sé que hacer". Suplicó el chiquillo. "Le lancé el ladrillo porque nadie se detenía.." Las lágrimas bajaban por sus mejillas hasta el suelo mientras señalaba hacia  el otro lado del auto estacionado.
¡"Es mi hermano"! Le dijo. "Se descarriló su silla de ruedas, y se cayó al suelo... Y no puedo levantarlo". Sollozando, preguntó al ejecutivo: -"¿Puede usted, por favor, ayudarme a sentarlo en su silla? Está golpeado, y pesa mucho para mí solito...Soy muy pequeño."
Visiblemente impactado por las palabras del chiquillo, el ejecutivo, tragó grueso el taco que se le formó en su garganta. Indescriptiblemente emocionado por lo que acababa de pasarle, levantó al joven del suelo, lo sentó nuevamente en su silla, y sacó su pañuelo de seda para limpiar un poco las  cortaduras y el sucio de sobre las heridas del hermano de aquel chiquillo tan especial. Luego de verificar que se encontraba bien, miró al chiquillo, y este le dio las gracias con una sonrisa que no tiene posibilidad de describir nadie... -"DIOS lo bendiga, señor... y muchas gracias" le dijo.
El hombre vio cómo se alejaba el chiquillo empujando trabajosamente la pesada silla de ruedas de su hermano hasta  llegar a su humilde casita...Cuentan que el ejecutivo aún no ha reparado la puerta del auto, manteniendo la hendidura que le hizo el ladrillazo.. para  recordarle el no ir por la vida tan distraído y tan de prisa  que alguien tenga que lanzarle un ladrillo para que preste atención.

Dios normalmente nos susurra en el alma y en el corazón, pero hay veces que tiene que lanzarnos un ladrillo a ver si le  prestamos atención. Tú escoges: Escuchar el susurro...o sentir el ladrillazo...

viernes, febrero 03, 2006

Los cuatro grandes sueños de todo hombre

1. Tener las mozas que cree la esposa.
2. Tener la plata que creen los hijos que uno tiene.
3. Ser tan buen polvo como uno cree, y
4. Ser tan lindo como cree la MAMA ! !

miércoles, febrero 01, 2006

LA CERCA Y LOS CLAVOS

  Había una vez un niño con muy mal carácter.

  Su padre le dió una bolsa de clavos y le dijo
  que clavara uno en la cerca del jardín cada vez
  que él perdiera la paciencia y se disputara con alguien.

  El primer día clavó 37. Pero con el transcurso de
  las semanas, aprendió a controlarse y el número de
  clavos incrustados en la cerca disminuyó día tras día:
  Había descubierto que era más fácil controlarse que
  plantar clavos en la barrera.

  Semanas después fue a ver a su padre y le dijo que
  durante ese día no había plantado ningún clavo. Su
  padre le dijo entonces que quitara un clavo de la
  cerca por cada día que no perdiera la paciencia.

  Los días pasaron y finalmente el niño pudo decirle
  a su padre que había removido todos los clavos. El padre
  condujo a su hijo a la cerca y le dijo:

  "Hijo mío, te has comportado bien, pero mira todos
  los huecos que hay en la cerca. Ella no será jamás como
  antes. Cuando te peleas con alguien y le dices algo
  que hiere o maltrata, le causas una herida como ésta."

  "Tú puedes clavar un cuchillo en un hombre y después
  retirarlo, pero quedará siempre una herida. Sin importar
  cuantas veces te disculpes, la cicatriz permanecerá."

  Una herida verbal hace tanto daño como una herida
  física.

  Los amigos son joyas escasas, te hacen sonreír y
  te animan.  Están listos para escucharte cuando lo
  necesitas, te sostienen y te abren el corazón.

sábado, enero 14, 2006

AMOR VERDADERO

Como cualquier buena mamá, cuando Diana supo que estaba esperando un bebé, hizo lo que pudo para ayudar a su hijo Luisito de tres años, para que se preparase a enfrentar una nueva etapa en su vida. Supieron que el nuevo bebé, sería una niña. Día y noche Luisito le cantaba y le cantaba a su hermanita en el vientre de su madre. Él estaba encariñándose con su hermanita, aún antes de conocerla..... ya deseaba jugar con ella y protegerla.

El embarazo de Diana progresó normalmente, Y a los 9 meses empezó su labor de parto, Pronto los dolores eran cada cinco y cada tres minutos... Y finalmente cada minuto...Pero una complicación se presentó de repente y Diana tuvo que pasar varias horas en labor de parto. Los médicos dijeron que requeriría una cesárea!!! .Luego de muchas horas de lucha, la hermanita de Luisito nació, pero en muy malas condiciones. La llevaron inmediatamente en una ambulancia a la Unidad de Cuidados Intensivos sección neonatal del Hospital de la ciudad.

Los días pasaron y la niña empeoraba. Los médicos dijeron finalmente a los padres las terribles palabras: "Hay muy pocas esperanzas, prepárense para lo peor". Diana y su esposo se contactaron con el cementerio local para apartar un lugar para su hijita.

Ellos habían creado un cuarto nuevo para su hija y ahora se encontraban haciendo arreglos para un funeral.

Sin embargo, Luisito, le rogaba a sus padres, que lo dejaran ver a su hermanita.diciendo una y otra vez "Quiero cantarle como cuando estaba en la panza de mi mami"...

Estuvieron dos semanas en Terapia Intensiva y parecía que el funeral vendría antes de que se acabara la semana. Luisito siguió insistiendo que quería cantarle a su hermanita, pero le explicaban que no se permitía la entrada de niños a Terapia Intensiva. Lo cual a Luisito no le quedaba claro e insistió hasta que su mami se decidió...

Diana llevaría a Luisito, a ver a su hermanita, lo dejaran o no!

Si no veía a su hermanita en ese momento, tal vez no la vería viva nunca más.

Ella le puso un overol inmenso y lo llevo a Terapia Intensiva, Luisito iba escondido en una enorme canasta de ropa sucia. Pero la jefe de enfermeras, se dió cuenta, de que era un niño oculto y se enfureció.....

!Saquen a ese niño de aquí, ahora mismo! !No se admiten niños aquí!

El carácter fuerte de Diana, afloró y, olvidándose de sus lindos modales de dama que siempre la habían caracterizado, miró con ojos de acero a la enfermera, sus labios eran una sola línea y con firmeza dijo: "El no se va hasta que pueda ver y cantarle a su hermanita" y levantó a Luisito llevándolo a la cama de su hermanita.

El miró a la pequeñita, ya perdiendo la batalla por conservar la vida... Después de un momento empezó a cantar con la voz que sale del corazón de un niño de tres años... Comenzó a cantarle:

" Eres mi luz del sol, mi única luz, tu me haces feliz cuando el cielo es gris...

Instantáneamente, la bebé pareció responder al estímulo de la voz de Luisito.

Su pulso se empezó a volver normal. - "Sigue cantando hijo" le pedía desesperadamente su mamá, con lágrimas en los ojos, Y el niño seguía cantando: "Tu no sabes querida hermanita, cuánto te amo yo, por favor te pido que ya vengas hoy" ... Al tiempo que Luisito cantaba a su hermanita, la bebe se movía y su respiración se volvía tan suavecita como la de un gatito cuando lo acarician. Sigue cantando cariño" le decía su mamá y el continuaba haciéndolo, como cuando todavía su hermanita estaba en el vientre de su madre. ?La otra noche hermanita, cuando yo dormía, soñé abrazarte y un besito te di?..... mientras seguía cantando el niño la bebé empezó a relajarse y a dormir con un sueño reparador, que parecía que la mejoraba por segundos.

" Sigue cantando Luisito" Ahora era la voz de la enfermera gruñona que con lágrimas en los ojos y un nudo en la garganta no dejaba de pedirle al niño que continuara. " Tu eres mi luz , mi única amiga y con amor te pido ven ya por favor"

Al día siguiente... la niña estaba casi en perfectas condiciones para irse a casa. Los periódicos y noticieros no daban cabida y lo llamaron "El Milagro de la canción de un Hermano" .

Los doctores le llamaron simplemente un milagro.

Diana le llamo "El Milagro del amor de Dios y su misericordia"

Esta es una hermosa historia, del poder del amor, en todas circunstancias.

"Nunca te rindas, lucha por la gente que Amas.... El Amor es increíblemente poderoso"

Si realmente quieres a alguien, envíale este correo y si a la persona a quien se lo envías no le llega al corazón, es porque no sabe amar a sus prójimos...

El Gran Mandamiento: «Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente y con todas tus fuerzas». Este es el primero (el primer mandamiento) y gran mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo".

Mateo, cap. 22, versos 34-39

miércoles, enero 04, 2006

POR UN DÓLAR. TRABAJO POR UN DÓLAR.

POR UN DÓLAR. TRABAJO POR UN DÓLAR.

Algunas veces es un error juzgar el valor de una actividad simplemente por el tiempo que toma realizarla...
Un buen ejemplo es el caso del ingeniero que fue llamado a arreglar una computadora muy grande y extremadamente compleja... una computadora que valía 12 millones de dólares.

Sentado frente a la pantalla, oprimió unas cuantas teclas, asintió con la cabeza, murmuró algo para sí mismo y apagó el aparato.  Procedió a sacar un pequeño destornillador de su bolsillo y dio vuelta y media a un minúsculo tornillo. Entonces encendió de nuevo la computadora y comprobó que estaba trabajando perfectamente.

El presidente de la compañía se mostró encantado y se ofreció a pagar la cuenta en el acto

- ¿Cuánto le debo? -preguntó. -Son mil dólares, si me hace el favor.

-¿Mil dólares? ¿Mil dólares por unos momentos de trabajo? ¿Mil dólares por apretar un simple tornillito? ¡Ya sé que mi computadora cuesta 12 millones de dólares, pero mil dólares es una cantidad disparatada! La pagaré sólo si me manda una factura perfectamente detallada que la justifique.

El ingeniero asintió con la cabeza y se fue. A la mañana siguiente, el presidente recibió la factura, la leyó con cuidado sacudió la cabeza y procedió a pagarla en el acto, sin chistar.

La factura decía:

Servicios prestados:
Apretar un tornillo....................... $ 1
Saber qué tornillo apretar......... $999

Manda este mail a todos aquellos profesionales que día a día se enfrentan con la desconsideración de quienes por su propia ignorancia no alcanzan a entenderlos y regálales al menos un momento de humor...........!!

RECUERDA: "SE GANA POR LO QUE SE SABE, NO POR LO QUE SE HACE".